Mar. Oct 14th, 2025

Fin de Semana Político: Laura Fernández y Fabricio Alvarado ratificados como candidatos presidenciales

San José, Costa Rica / El tablero político costarricense se reconfigura con la ratificación de dos nombres que no dejan indiferente a nadie: Fabricio Alvarado Muñoz, líder de Nueva República, y Laura Fernández Delgado, figura emergente del Partido Pueblo Soberano. Ambos fueron confirmados este fin de semana como aspirantes presidenciales para las elecciones de 2026, en medio de discursos de victoria interna, promesas de cambio y el inevitable eco de las controversias que han marcado sus trayectorias.


Fabricio Alvarado: tercera apuesta, viejas batallas

El sábado, los asambleístas de Nueva República dieron su respaldo unánime a Fabricio Alvarado, quien buscará por tercera vez la Presidencia. En un salón decorado con mensajes de fe y consignas sobre seguridad y valores, el candidato no solo habló de su plan de gobierno, sino también de su convicción de que “esta vez” será la definitiva.

Sin embargo, para muchos costarricenses su nombre evoca tanto fervor como resistencia. Desde que alcanzó notoriedad en 2018, cuando disputó la segunda ronda electoral, ha estado envuelto en cuestionamientos por el financiamiento de aquella campaña, un tema que, aunque él insiste en dar por cerrado, sigue apareciendo en la conversación pública. A esto se suman sus posturas férreas contra el matrimonio igualitario y la ampliación de derechos a la población LGTBIQ+, banderas que lo han consolidado como referente conservador, pero también como figura polarizadora.

En sus giras y discursos no ha esquivado su perfil religioso, e incluso ha cultivado alianzas con pastores y líderes evangélicos internacionales que han sido criticados por sus posturas extremas. Estos vínculos, para sus adversarios, son prueba de un proyecto político anclado en el fundamentalismo; para sus seguidores, son garantía de coherencia y principios.


Laura Fernández: de la Presidencia al ruedo electoral

Un día después, el turno fue para Laura Fernández, quien recibió la ratificación de su partido, Pueblo Soberano, en una asamblea donde la lealtad hacia el presidente Rodrigo Chaves se respiraba en cada intervención. Vestida con sobriedad y hablando con tono firme, Fernández prometió una campaña austera, anunciando que renunciará a un cuarto de la deuda política que le correspondería a su agrupación.

Su carrera en la gestión pública ha estado marcada por cargos de alto perfil, pero también por episodios que han dado munición a sus críticos. Cuando ocupó el Ministerio de la Presidencia, surgieron rumores de tensiones internas con otros jerarcas del gabinete, a quienes, según trascendidos, incomodaba su estilo centralizador. En 2023, durante la huelga de trabajadores de JAPDEVA, su papel en la negociación fue duramente cuestionado por sindicatos que la acusaron de falta de apertura al diálogo, lo que la proyectó como una figura de mano dura.

Además, algunos de sus nombramientos de confianza en puestos estratégicos generaron polémica por la percepción de que primaba la cercanía política sobre la idoneidad técnica. Y aunque sus adversarios la acusan de ser “la candidata del continuismo”, Fernández ha respondido que su proyecto no es una copia del actual gobierno, sino la evolución de una agenda que, en su opinión, “ha dado resultados y merece consolidarse”.

Pescando en el mismo estanque:

Muchos analistas señalan que tanto Fernández como Alvarado «pescan en el mismo estanque» refiriéndose a que comparten el mismo segmento de votantes, al que pretenden llegar con discursos similares.

Alvarado y Fernández levantan sus campañas tomando como base la polarización en un discurso orientado a atacar a los «partidos tradicionales» y sus estructuras, con una fuerte apuesta por un conservadurismo radical y antisistema.

El acercamiento claro y patente de Nueva República al oficialismo hace que, en apariencia, en el duelo Fernández lleve la ventaja al haber Alvarado renunciado a un amplio sector de sus votantes mucho antes de iniciar la campaña, manteniéndose con él solamente su «voto duro».

Alvarado por su parte cuenta a su favor con una amplia experiencia electoral y gran manejo escénico, cosas que se encuentran entre las debilidades de Fernández con lo que podría recuperar parte de los votos perdidos; sin embargo también los analistas concuerdan en que el que tendría más dificultades para crecer sería Fabricio Alvarado, limitado al voto conservador no-católico.

Por Redaccion

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